Entradas populares

Datos curiosos

Mi foto
Ivan Cortes professionals studied acting at the University Center Theater, UNAM He has worked in film, theater and television in various projects with some of the most important directors in Mexico. Ariel Award nominee granted by the Mexican Academy of Motion Picture Arts and Sciences in 2010 by Backyard. With his project: "The Structure of spontaneity" was awarded the scholarship stage creators in Specialty: Actors Film and Video 2011-2012 issued by the FONCA in Mexico. In 2012 he was part of the Talent Campus Guadalajara FICG, as one of the emerging talents in the region of Mexico, Central America and the Caribbean. "The Eye of CreAcción" born during this stage research process.

sábado, 28 de abril de 2012

Semana 3: en busca de problemas




Improvisar es lanzarse al vacío, significa confiar en la máxima herramienta con que contamos los actores: la imaginación. Esta nos ayudará a colocar la primer piedra de la que surgirá eso que concebimos como ficción.

 
  Un buen Improvisador es aquél que constantemente esta en busca de problemas. El por qué obedece a que sin estos, una historia carece de motores que le ayuden a desarrollarse y le imposibilitan llegar a un buen puerto. Siguiendo los "cánones" de las estructuras dramáticas, para que un tema evolucione, es necesario un principio, un desarrollo, un climax y su descenlace.  Si falta algún elemento, por más que se intente, la narración caerá en una serie de dificultades que atentan su vida en la ficción. De esta manera un actor en la acción tiene como objetivo ejercitar su intuición para determinar dónde una historia pide que se avance o donde se agrande, su reto radica en construir lo indefinido, creciendo su iniciativa con las propuestas del otro. Ayuda mucho saber que todo es posible siempre y cuando uno lo justifique en la escena.


Iniciamos la tercer semana y el entrenamiento va siendo cada vez más complejo, va exigiendo mayor atención, riesgo, organización, definición y claridad en las propuestas. También va otorgando al actor una mayor libertad creativa para desarrollar las situaciones, para hacer uso de las sorpresas en la narración y nos va ayudando  a ser más conscientes de las consecuencias de lo qué proponemos en pos de la escena, nos va entrenando pues a crear en favor de la ficción.





Para comprobar lo anterior existe un ejercicio titulado Si y..., consiste en que una vez establecido un buen PROL (personajes, relaciones, objetivos y lugar), a una señal todas las frases que inicien deberán comenzar con el si y.  Lo complejo de este ejercicio -al menos para mí- fue que hay que trabajar para el otro, es decir además de no olvidarme de mi objetivo como personaje, de la situación, había que hallar la manera en que a mi compañero le fuera lógico y natural responderme con esta frase. La precisión que hay que tener, la apertura para aceptar y sobretodo la escucha que pide el ejercicio en la escena, me hace pensar en que este tipo de instrumentales, uno debería de adoptarlos en la rutina básica de nuestro entrenamiento antes de comenzar un ensayo, una función o una toma, ya que ubica al actor en el presente.

  
Es muy importante al momento de estar en la escena, no dejar que el ansía aparezca, hay que saber manejar esa emoción provocada por improvisar, si nos domina perderemos la perspectiva que al estar improvisando necesitamos. Este alejamiento es vital para mirar las historias que se construyen no con miras hacía el futuro, sino para recordar y construir a partir del pasado. Simplificando, un actor al improvisar se nutre y construye a partir de la información que se ha dicho, no hay que pensar en  lo que vendrá, esto llegará a partir del encuentro  y la interacción con el compañero. 



Y es aquí dónde los problemas entran, a nadie le interesa ver una historia que no avanza, al contrario, nos gusta y preferimos observar aquellas narraciones que ponen en aprietos tanto a los personajes como a los actores porque sus objetivos se contraponen, se encuentran o se alejan. Está es una de las razones por las que hay que ocasionar problemas para generar el drama en la acción.

Además los problemas hacen que las historias accionen, tengamos cuidado con que las improvisaciones se conviertan en verborreas, al final lo único que provocan es postergar los conflictos. Cuando uno se mete en problemas siempre hay que salir de ellos, no hay que prometer, hay qué hacerlo. 





Los días vuelan y casi sin darnos cuenta, estamos a la mitad de está exploración; para puntualizar además  de los anteriores ejercicios, se han realizado otros para entender con claridad el entrar en problemas, sin rodeos; para entender los saltos de tiempo en una historia. Se han revisado las posibilidades y los recursos con que un actor cuenta al momento en que desarrolla una narración (apartes, entradas de personajes, salidas, cambios de lugares o cómo construir un cuento a partir de palabras dadas por un externo ).  Hemos improvisado en parejas, trios e individualmente, es claro que está bitácora solamente intenta dar una aproximación general sobre lo que implica el entrenamiento.

La rapidez con que sucede hace que mi mente vuele para no confundir lo siguiente: solamente los problemas deben buscarse allá, en el terreno de lo ficticio.



Ciudad de México, Abril de 2012..





No hay comentarios:

Publicar un comentario