Dramaturgo,
Director e Investigador. Inglaterra.
“El improvisador debe ser como un hombre
que camina hacia atrás. Ve dónde ha estado, pero no presta atención al futuro.
Su historia puede llevarlo a cualquier parte, pero siempre debe balancearla y darle forma, recordando incidentes que han
sido dejados de lado y reincorporándolos a la historia que cuenta y desarrolla
al mismo tiempo.”
Entender al tema
de la Improvisación, resultaría incompleto sin la inclusión de la obra de uno
de los hombres más visionarios y revolucionarios en la materia: Keith
Jhonstone. Su obra dedicada a la investigación, al desarrollo y a la sistematización
de la Improvisación como técnica y como fenómeno escénico, ha servido de guía
para innumerables profesionistas de la actuación alrededor del mundo; quienes
hemos encontrado en ellas un campo fértil para detonar distintas búsquedas
personales en el terreno de la creación.
Sus teorías
exploran los conceptos de creatividad y espontaneidad, basados en la honestidad
del improvisador hacía su trabajo. Uno de sus títulos más celebrados es Impro:
Improvisación y el Teatro (Ed. Cuatro Vientos); un texto autobiográfico, en
donde el autor nos comparte sus experiencias acumuladas en los más de 20 años de investigación dedicados
a la exploración de la Impro. Sus ideas apelan a la libertad con que cuenta un actor
para utilizar de forma lúdica el recurso más invaluable con el que disponemos
todos los seres humanos: la imaginación. No desde el discurso del deber ser, sino
desde la aceptación que da el entrenamiento constante, desde el sí que da la aceptación
del otro o la aprobación de uno.
Su apuesta
radica en liberar todas aquellas “trabas” generadas por las tensiones, bloqueos
o prejuicios que se generan o se fortalecen a partir de un entrenamiento crítico
o de un historial de vida castrador, que
no permiten al creador expresarse con todo el potencial que significaría
liberar a su espíritu creativo en la
ficción.
“Cualquier cosa que emerja de su
inconsciente, la acepto y la trato como algo “normal” “.
Además,
vislumbra a los impulsos inconscientes
desde una perspectiva positiva, entendiéndolos como una materia detonadora de
la acción, sin juzgarlos. Es decir, puesto que el trabajo de improvisación tiene
su génesis en las primeras ideas, es posible ver expresados y materializados en
los oficiantes aquellos pensamientos
socialmente considerados “anormales”, en lugar de censurarlos o bloquearlos, la orientación que dan sus ejercicios nos ayudan a utilizar esas ideas en pos de una experiencia lúdica y al
servicio de la generación de una ficción. Está experiencia permite al actor
tener acceso a este valioso material desde una experiencia divertida y
juguetona, ajena al dolor o a la predisposición que conlleva analizar desde otra
perspectiva este material; es decir, no se busca un psicoanálisis, se busca una
experiencia creativa.
De acuerdo a su
propuesta: la espontaneidad, la asociación libre y la aceptación son trampolines
para la construcción de momentos que nos llevarán a la creación de historias,
de personajes o de situaciones. Todo generado a partir de esos primeros
impulsos que pueden llevar a la historia por los terrenos del inconsciente, sin
que sean tratados de forma abstracta, sino como algo cotidiano, que le llegue
al espectador de una forma directa que no pueda sino identificarse con lo que
mira en la escena.
De ahí que la
técnica que propone, sea utilizada en otros ámbitos que no necesariamente son
ligados al performance, ya que ayuda a expresar todas aquellas ideas que
guardamos por prejuicios o temores.
Así pues, también se le atribuye el haber llevado a la improvisación a los terrenos del espectáculo "deportivo" para ser exhibido frente al público; al combinar el entrenamiento con reglas se llega a la construcción de obras únicas e irrepetibles, basándose en la oralidad como forma de construir la dramaturgia del hecho teatral. En el mundo de la improvisación se el conoce como theatresports.
El estudio y conocimiento de su trabajo, es sin duda imprescindible para todo aquel que quiera Improvisar cn sus procesos creativos, no solo para entender la mecánica del trabajo sino para indagar y seguir explorando sobre el fascinante mundo de la espontaneidad. Keith Jhonstone es uno de los personajes de la pedagogía teatral que devuelve al actor esa posibilidad de ser dramaturgo, director y oficiante, todo en el instante preciso en que se construye la ficción.
Así pues, también se le atribuye el haber llevado a la improvisación a los terrenos del espectáculo "deportivo" para ser exhibido frente al público; al combinar el entrenamiento con reglas se llega a la construcción de obras únicas e irrepetibles, basándose en la oralidad como forma de construir la dramaturgia del hecho teatral. En el mundo de la improvisación se el conoce como theatresports.
El estudio y conocimiento de su trabajo, es sin duda imprescindible para todo aquel que quiera Improvisar cn sus procesos creativos, no solo para entender la mecánica del trabajo sino para indagar y seguir explorando sobre el fascinante mundo de la espontaneidad. Keith Jhonstone es uno de los personajes de la pedagogía teatral que devuelve al actor esa posibilidad de ser dramaturgo, director y oficiante, todo en el instante preciso en que se construye la ficción.
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