Director, Guionista, Productor. Ciudad de México
Jorge Michel Grau es uno de los cineastas mexicanos
que esta cruzando nuestras fronteras, no solo por su capacidad de transformar y
trascender la realidad, sino por su visión única en nuestro panorama, una voz que
emana desde una realidad trastocada por la violencia. Estudió la licenciatura
en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
para después cursar la carrera de cine en el Centro de Capacitación
Cinematográfica (CCC) de la cual egresó con Mención Honorífica en la
especialidad de Dirección Cinematográfica. Realizó estudios de especialización
en Dirección Cinematográfica en la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de
Catalunya (ESCAC) en Barcelona, España. Es además, becario del Fondo
Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) en la rama Programa de Apoyo a
Estudios en el Extranjero en 2004 y becario del Sistema de Apoyo a Creadores
(FONCA) en el 2009. Ha participado como gerente de producción en diversos
trabajos cinematográficos del IMCINE y del CCC, en más de 60 proyectos de
publicidad y producción de televisión cultural y educativa. Así como director
de proyectos documentales para Clío y Discovery Channel. Con su Opera Prima
Somos lo que hay (2010), ha cosechado diversos reconocimientos en el extranjero, entre los que destacan
haber sido invitado al Festival de Cine en Cannes dentro de la Quincena de Realizadores en 2010 y la compra de los
derechos de su obra para realizar el remake de su cinta en Estados Unidos. Amable, dispuesto, de una generosidad enorme, Jorge compartió su
tiempo para conversar sobre cine, principalmente enfocándonos sobre su manera
de acercarse a las fibras más sensibles de una película: los actores.
- Háblanos sobre como llegaste al cine. ¿Siempre supiste
que querías ser cineasta?
SI, desde el inicio. Desde la preparatoria tenía la inquietud de estudiar
cine, aunque no tenía claro si se estudiaba, no sabía si se tenía que estudiar;
quise entrar a la SOGEM pero por cuestiones de la vida no pude. Hice la carrera
de Comunicación pensando que era un camino que me acercaría al cine, ya
estudiando me di cuenta que solo se podía dar esa cercanía a nivel de apreciación.
Seguí con la carrera, entro a canal 22 a producir, y en este equipo de trabajo
me encuentro con 2 estudiantes de cine, uno de ellos me invita a producir su
tesis y fue en ese momento que no solamente conocí de cerca sus procesos, sus
métodos, sino que me enamoré profundamente del cine y decidí meterme de lleno a
estudiar la carrera en el Centro de Capacitación Cinematográfica.
Aunque yo ya había hecho
un poco de camino, me sirvió mucho aprender en la escuela, me ayudo para darme
cuenta de que hacía las cosas a la mitad; aprendí de todo: sobre realización,
fotografía, narrativa, lenguaje, estilos de montaje; entendí las exigencias del
lenguaje y aprendí de las exigencias del CCC, tu mundo se vuelve la escuela
mientras estas en la carrera.
Soy una persona que me gusta alimentarme de lo que me rodea. Cuando
estudiaba cine, vivía en un barrio peligroso -como el 80% de los barrios de la ciudad
de México-- me encontraba rodeado de drogadicción, alcoholismo, era mi medio
ambiente ese tejido social, sin buscarlo la estética de la violencia surgió
como un vehículo natural para contar mis historias. Padres divorciados,
familias disfuncionales construyen nuestra sociedad, ese contexto con la
diversidad de temas que generan es el que a mí me interesa explorar para meter
la cámara, mis primeros cortos versaban sobre eso, involucran a la familia
desde esa óptica.
Cuando voy armando
historias es prácticamente acercar la cotidianeidad a mi trabajo, estoy
conectado diario al internet para ver qué pasa en el mundo, leo dos o tres
periódicos, me empapo de mi realidad. Mi cine intenta conectar con la realidad,
por eso me gusta decir que es más real, por ejemplo ahorita estoy trabajando en
un proyecto sobre Atenco y estoy documentándome para tener el punto de vista de
los involucrados.
- ¿Cómo trabajas con el
guión? ¿Lo abordas distinto cuando no está escrito por ti?
Desde que escribo un
guión voy imaginando los espacios, las locaciones, trazo ideas; mis películas
arrancan desde el momento en que empiezo a escribir. Hay algunas personas que tienen influencia
sobre lo que escribo, uno de ellos es mi fotógrafo, él lee el argumento y me da
opciones, ideas sobre el cómo se resuelve. Tengo un tumblr en donde voy
guardando imágenes e ideas que comparto con mi equipo. Todos mis guiones tienen
referencias personales. Cuando he trabajado guiones de otras personas como
Chalán de Edgar San Juan, (proyecto desarrollado dentro del programa de
largometrajes para televisión lanzado por Canal 22), que no tenía nada cercano
a mí, lo que hice fue atraer referencias, jalar, dotar a los personajes de
guiños que me hacen apropiarme de ellos, busco una afinidad a lo que conozco.
Narrar una historia a partir de mis referentes es mi manera de abordar lo que
no escribo.
Me gustan las dos
opciones, es más cómodo obviamente trabajar mi historia, ya que desde que voy
escribiendo, voy visualizando la puesta de cámara, el espacio, los movimientos;
creo el universo desde el papel. En el otro arranco desde cero y a partir de cero,
son dos experiencias totalmente
distintas pero igualmente de satisfactorias.
- ¿Y con tus actores, cuál
es tu manera de construir la ficción?
Los actores son mi arma
secreta, mi cine es una apuesta a su trabajo, respeto y agradezco profundamente
la manera en que muchos buenos actores se regalan a la ficción. Yo hago mucho
trabajo con los actores, me ayuda a poner en la mesa lo que me hace falta. Con
los actores les presto mucha atención en tono, que no estén pasados, que no pierdan
el tren de pensamiento, que ubiquen en qué momento de su línea de emoción se
encuentran. Propicio un set en dónde se entienda qué para que la magia del cine
opere en su totalidad, los actores son pieza fundamental, de nada sirve una luz
perfecta y una maquinaria impecable si no hay una buena actuación, hago un
ambiente de protección para ellos.
Uno de los retos, es
lograr en un actor una interpretación idónea entendiendo el proceso de
filmación de las películas que no es lineal. Me gusta que el ambiente en el set
sea de respeto, trato de que sea amistoso, trabajo en voz baja, me gusta el
silencio además de que ayuda a crear un ambiente de concentración. Para
construir esta visión me ayudo mucho mi hermano que es actor, siempre he estado
cercano al teatro, además de que es obvio que el trabajo actoral necesita eso.
A mí las películas que me
interesan como espectador son aquellas donde se muestran ejercicios actorales altos,
con actuaciones elevadas. Nunca voy apostar por una película en donde haya
muchos efectos especiales y nada de trabajo en el actor. Sobre el proceso,
regularmente me reúno con ellos para hacer lecturas del guión, se lee el texto,
trabajamos juntos para tener claros los objetivos de los personajes, los ayudo
a traer cosas de la realidad o de su vida para ir llenando las experiencias de
los personajes. Ayudo a reconocer las atmósferas, ubicar los medios ambientes
de las secuencias. Es importante decir que es un análisis, una construcción más
no ensayo, pues mi apuesta es por la inteligencia del actor, voy por los
actores inteligentes, entendiendo que me gusta dar el chance de que me muestren
su capacidad que tienen para cifrar un texto. Me gusta dotar al actor de
herramientas para que si es el caso de qué se pierda o no sepa en qué punto de
la historia se encuentra (a nivel emocional o de otro tipo) se trabaja en
recordar la estructura que juntos construimos. Individualmente tengo una plática
muy intima con ellos, mi objetivo es construir un mapa emocional del personaje
a partir de su experiencia y de su inteligencia.
- Al referirte a un mapa emocional supongo, ¿es una especie de partitura?
Sí, en este mapa lo que
hago es hacer escalas, dividimos las secuencias y ponemos los niveles de
emoción, buscamos los por qué de que un personaje este afectado de tal o cual
manera, esto los ayuda principalmente a que sepan donde tienen que colocarse emotivamente
en determinado punto del guión, los guía . Para que se entienda, en el trabajo
que hice para 72 (cortometraje producido por Juan José Campanella, 2012), converse con cada uno sobre las experiencias de muerte que
habían vivido -lo que significaba para ellos o cómo habían experimentado tal
experiencia si era el caso- , en el set ésta construcción me ayudo para
explicarles por donde necesitaba exactamente que los personajes atravesarán,
ayuda para atraer .
Todo este trabajo me ayuda
para llegar al set y que surja de una manera natural el trabajo del actor,
generalmente les explico donde va la cámara, nada más, pues ellos al llegar al
set entienden perfectamente lo que el personaje va hacer.
- ¿ Qué
buscas en un actor para invitarlo a un proyecto?
Para elegir un actor,
conforme escribo voy imaginándome rostros de ciertos actores en especifico con
los que me interesa trabajar. En otros casos hago casting. Cuándo hago una
prueba observo sobre todo el nivel de interpretación, después me fijo en que
estén lo más cercano a la edad que tenga el personaje -aunque hay casos como el
de Francisco Barreiro en Somos lo que hay en dónde no me importo que se
cumpliera esto-. Sobre todo me gusta que se vean reales, que puedan representar
a la gente que existe en la calle, no me gustan los actores que son toda
perfección o que se nota que no pertenecen al grueso de la población, la cámara
se encarga de exponerlos a ese nivel. En general prefiero actores poco conocidos
porque la gente no los reconoce y se deja seducir por la historia.
No es que esté en contra
de actores conocidos ni nada al respecto, simplemente a veces entre más experiencia
tiene un actor, suele tener más resistencia o más muletas o conoce tan bien el
sistema de trabajo que a él le funciona, que es muy difícil sacarlo de ahí para
que pruebe otras formas.
- ¿Qué opinas de la herramienta de Improvisar en el set, crees que ayude
al actor?
La improvisación la veo
como una herramienta que ocurre después de analizar, de platicar, de haber
dotado como director al actor de herramientas para que pueda aportar desde el
conocimiento, no desde a ver qué sucede, sino desde la posibilidad de haber
entendido la situación, la trama; vuelvo desde su capacidad de cifrar a partir
de haber entendido el guión.
En 72 cuando un personaje
llega hubo mucha improvisación al momento de filmar esa secuencia, quede
satisfecho con el resultado, pero atrás había muchos ejercicios que sostenían
al actor para improvisar, en eso sí creo, en la improvisación basada en el
trabajo no en la ocurrencia.
- ¿Qué opinas de que Somos lo que hay (tu Opera Prima) sea más reconocida
en el extranjero que en nuestro país?
Fue un poco triste la
respuesta de ciertas personas en nuestro país. Somos lo que hay es la primer
película mexicana que deciden hacer un remake en otro país, me es inaudito que
esta historia haya seducido en otro país, además de que fue seleccionada en
diversos festivales entre ellos Cannes y tuvo muy buena recepción. Mucho tiene que
ver el trabajo en equipo, para mí lo principal de todo lo que ha sucedido es
que reconocen el trabajo de una producción. Desde mi punto de vista eso le
falta a nuestra industria, apoyar más a las producciones como un trabajo
colectivo, no solamente como el de una persona. En México necesitamos
fortalecer la industria desde mirarnos como iguales, con un sentido de
comunidad, por ejemplo en Cannes la experiencia fue increíble, conocí a
cineastas que son leyendas en la industria mundial y al convivir de cerca te
tratan de igual, con mucho respeto, cosa que a veces aquí no sucede.
Lo interesante de que se
trabaje una propuesta tuya en el extranjero es que puedes examinar a la
sociedad de por allá. No me interesa una historia de caníbales, es volver el
tema simplista, para mi es la historia de una familia marginada, los outsiders
en busca de un líder de su manada; ese es el tipo de historia que escribí, por
eso puse un par de condiciones, los ayude con la reescritura del guion y me
interesa conocer la marginalidad de esa sociedad por medio de esta nueva cinta.
- ¿Es fácil ser cineasta en
nuestro país?
No es dificilísimo. Es difícil porque existen pocas opciones de
financiamiento, al existir pocos fondos y al ser muchos los interesados, las
posibilidades de que tu proyecto sea el beneficiado son pocas. Al final no es
tan complicado filmar, con las nuevas tecnologías juntas un poquito de dinero y
te lanzas a levantar tu proyecto. Lo complicado viene después en la exhibición,
hay muchas películas que se quedan enlatadas y sin espacios para ser exhibidas,
ese es un gran problema.
- Por último, ¿por qué crees que es importante seguir haciendo cine en México?
En principio el cine es
la crónica de nuestro tiempo. Es necesario, es una obligación y es importante
porque el momento nos exige no ser frívolos, tenemos que ser útiles con nuestro
trabajo, de lo contrario negamos lo que sucede alrededor y el cine ayuda a
realizar esta reflexión de la realidad. En lo personal hacer cine es el
cúmulo de miradas, la mía desde el guión, desde la dirección hasta ir sumando
las visiones del fotógrafo, de los actores, de los diseñadores de producción, de todos los que trabajamos en ella.
Además, es un ejercicio de
inteligencia, para que una película se vea en pantalla necesitó de mucha
reflexión para llegar a ese punto, por eso para mí es muy importante conectarme
con lo que me rodea, pues el sentido del artista desde mi perspectiva es su
capacidad de alimentarse de su alrededor, de reflexionar sobre lo que sucede y
México no puede permitirse no pensar, de ahí la importancia de seguir haciendo
cine, de seguir buscando las formas en que conectamos con nuestra realidad.
30 de junio 2012, Ciudad
de México
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