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Ivan Cortes professionals studied acting at the University Center Theater, UNAM He has worked in film, theater and television in various projects with some of the most important directors in Mexico. Ariel Award nominee granted by the Mexican Academy of Motion Picture Arts and Sciences in 2010 by Backyard. With his project: "The Structure of spontaneity" was awarded the scholarship stage creators in Specialty: Actors Film and Video 2011-2012 issued by the FONCA in Mexico. In 2012 he was part of the Talent Campus Guadalajara FICG, as one of the emerging talents in the region of Mexico, Central America and the Caribbean. "The Eye of CreAcción" born during this stage research process.

viernes, 6 de julio de 2012

Jorge Michel Grau: la inteligencia de los actores



Director, Guionista, Productor.  Ciudad de México

 
Jorge Michel Grau es uno de los cineastas mexicanos que esta cruzando nuestras fronteras, no solo por su capacidad de transformar y trascender la realidad, sino por su visión única en nuestro panorama, una voz que emana desde una realidad trastocada por la violencia. Estudió la licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), para después cursar la carrera de cine en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC) de la cual egresó con Mención Honorífica en la especialidad de Dirección Cinematográfica. Realizó estudios de especialización en Dirección Cinematográfica en la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya  (ESCAC) en Barcelona, España. Es además, becario del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) en la rama Programa de Apoyo a Estudios en el Extranjero en 2004 y becario del Sistema de Apoyo a Creadores (FONCA) en el 2009. Ha participado como gerente de producción en diversos trabajos cinematográficos del IMCINE y del CCC, en más de 60 proyectos de publicidad y producción de televisión cultural y educativa. Así como director de proyectos documentales para Clío y Discovery Channel. Con su Opera Prima Somos lo que hay (2010), ha cosechado diversos reconocimientos en el extranjero, entre los que destacan haber sido invitado al Festival de Cine en Cannes dentro de la Quincena de Realizadores en 2010 y la compra de los derechos de su obra para realizar el remake de su cinta en Estados Unidos. Amable, dispuesto, de una generosidad enorme, Jorge compartió su tiempo para conversar sobre cine, principalmente enfocándonos sobre su manera de acercarse a las fibras más sensibles de una película: los actores.

- Háblanos sobre como llegaste al cine. ¿Siempre supiste que querías ser cineasta? 

SI, desde el inicio. Desde la preparatoria tenía la inquietud de estudiar cine, aunque no tenía claro si se estudiaba, no sabía si se tenía que estudiar; quise entrar a la SOGEM pero por cuestiones de la vida no pude. Hice la carrera de Comunicación pensando que era un camino que me acercaría al cine, ya estudiando me di cuenta que solo se podía dar esa cercanía a nivel de apreciación. Seguí con la carrera, entro a canal 22 a producir, y en este equipo de trabajo me encuentro con 2 estudiantes de cine, uno de ellos me invita a producir su tesis y fue en ese momento que no solamente conocí de cerca sus procesos, sus métodos, sino que me enamoré profundamente del cine y decidí meterme de lleno a estudiar la carrera en el Centro de Capacitación Cinematográfica.

Aunque yo ya había hecho un poco de camino, me sirvió mucho aprender en la escuela, me ayudo para darme cuenta de que hacía las cosas a la mitad; aprendí de todo: sobre realización, fotografía, narrativa, lenguaje, estilos de montaje; entendí las exigencias del lenguaje y aprendí de las exigencias del CCC, tu mundo se vuelve la escuela mientras estas en la carrera.

- ¿De qué manera descubriste las temáticas que te interesan filmar cuando cuentas una historia?


Soy una persona que me gusta alimentarme de lo que me rodea. Cuando estudiaba cine, vivía en un barrio peligroso -como el 80% de los barrios de la ciudad de México­­­-- me encontraba rodeado de drogadicción, alcoholismo, era mi medio ambiente ese tejido social, sin buscarlo la estética de la violencia surgió como un vehículo natural para contar mis historias. Padres divorciados, familias disfuncionales construyen nuestra sociedad, ese contexto con la diversidad de temas que generan es el que a mí me interesa explorar para meter la cámara, mis primeros cortos versaban sobre eso, involucran a la familia desde esa óptica. 

Cuando voy armando historias es prácticamente acercar la cotidianeidad a mi trabajo, estoy conectado diario al internet para ver qué pasa en el mundo, leo dos o tres periódicos, me empapo de mi realidad. Mi cine intenta conectar con la realidad, por eso me gusta decir que es más real, por ejemplo ahorita estoy trabajando en un proyecto sobre Atenco y estoy documentándome para tener el punto de vista de los involucrados.

- ¿Cómo trabajas con el guión? ¿Lo abordas distinto cuando no está escrito por ti? 


Desde que escribo un guión voy imaginando los espacios, las locaciones, trazo ideas; mis películas arrancan desde el momento en que empiezo a escribir.  Hay algunas personas que tienen influencia sobre lo que escribo, uno de ellos es mi fotógrafo, él lee el argumento y me da opciones, ideas sobre el cómo se resuelve. Tengo un tumblr en donde voy guardando imágenes e ideas que comparto con mi equipo. Todos mis guiones tienen referencias personales. Cuando he trabajado guiones de otras personas como Chalán de Edgar San Juan, (proyecto desarrollado dentro del programa de largometrajes para televisión lanzado por Canal 22), que no tenía nada cercano a mí, lo que hice fue atraer referencias, jalar, dotar a los personajes de guiños que me hacen apropiarme de ellos, busco una afinidad a lo que conozco. Narrar una historia a partir de mis referentes es mi manera de abordar lo que no escribo.
 
Me gustan las dos opciones, es más cómodo obviamente trabajar mi historia, ya que desde que voy escribiendo, voy visualizando la puesta de cámara, el espacio, los movimientos; creo el universo desde el papel. En el otro arranco desde cero y a partir de cero, son dos experiencias  totalmente distintas pero igualmente de satisfactorias.

- ¿Y con tus actores, cuál es tu manera de construir la ficción? 


Los actores son mi arma secreta, mi cine es una apuesta a su trabajo, respeto y agradezco profundamente la manera en que muchos buenos actores se regalan a la ficción. Yo hago mucho trabajo con los actores, me ayuda a poner en la mesa lo que me hace falta. Con los actores les presto mucha atención en tono, que no estén pasados, que no pierdan el tren de pensamiento, que ubiquen en qué momento de su línea de emoción se encuentran. Propicio un set en dónde se entienda qué para que la magia del cine opere en su totalidad, los actores son pieza fundamental, de nada sirve una luz perfecta y una maquinaria impecable si no hay una buena actuación, hago un ambiente de protección para ellos.

Uno de los retos, es lograr en un actor una interpretación idónea entendiendo el proceso de filmación de las películas que no es lineal. Me gusta que el ambiente en el set sea de respeto, trato de que sea amistoso, trabajo en voz baja, me gusta el silencio además de que ayuda a crear un ambiente de concentración. Para construir esta visión me ayudo mucho mi hermano que es actor, siempre he estado cercano al teatro, además de que es obvio que el trabajo actoral necesita eso. 

A mí las películas que me interesan como espectador son aquellas donde se muestran ejercicios actorales altos, con actuaciones elevadas. Nunca voy apostar por una película en donde haya muchos efectos especiales y nada de trabajo en el actor. Sobre el proceso, regularmente me reúno con ellos para hacer lecturas del guión, se lee el texto, trabajamos juntos para tener claros los objetivos de los personajes, los ayudo a traer cosas de la realidad o de su vida para ir llenando las experiencias de los personajes. Ayudo a reconocer las atmósferas, ubicar los medios ambientes de las secuencias. Es importante decir que es un análisis, una construcción más no ensayo, pues mi apuesta es por la inteligencia del actor, voy por los actores inteligentes, entendiendo que me gusta dar el chance de que me muestren su capacidad que tienen para cifrar un texto. Me gusta dotar al actor de herramientas para que si es el caso de qué se pierda o no sepa en qué punto de la historia se encuentra (a nivel emocional o de otro tipo) se trabaja en recordar la estructura que juntos construimos. Individualmente tengo una plática muy intima con ellos, mi objetivo es construir un mapa emocional del personaje a partir de su experiencia y de su inteligencia.

- Al referirte a un mapa emocional supongo, ¿es una especie de partitura?


Sí, en este mapa lo que hago es hacer escalas, dividimos las secuencias y ponemos los niveles de emoción, buscamos los por qué de que un personaje este afectado de tal o cual manera, esto los ayuda principalmente a que sepan donde tienen que colocarse emotivamente en determinado punto del guión, los guía . Para que se entienda, en el trabajo que hice para 72 (cortometraje producido por Juan José Campanella, 2012), converse con cada uno sobre las experiencias de muerte que habían vivido -lo que significaba para ellos o cómo habían experimentado tal experiencia si era el caso- , en el set ésta construcción me ayudo para explicarles por donde necesitaba exactamente que los personajes atravesarán, ayuda para atraer . 

Todo este trabajo me ayuda para llegar al set y que surja de una manera natural el trabajo del actor, generalmente les explico donde va la cámara, nada más, pues ellos al llegar al set entienden perfectamente lo que el personaje va hacer.
 
- ¿ Qué buscas en un actor para invitarlo a un proyecto?


Para elegir un actor, conforme escribo voy imaginándome rostros de ciertos actores en especifico con los que me interesa trabajar. En otros casos hago casting. Cuándo hago una prueba observo sobre todo el nivel de interpretación, después me fijo en que estén lo más cercano a la edad que tenga el personaje -aunque hay casos como el de Francisco Barreiro en Somos lo que hay en dónde no me importo que se cumpliera esto-. Sobre todo me gusta que se vean reales, que puedan representar a la gente que existe en la calle, no me gustan los actores que son toda perfección o que se nota que no pertenecen al grueso de la población, la cámara se encarga de exponerlos a ese nivel. En general prefiero actores poco conocidos porque la gente no los reconoce y se deja seducir por la historia.

No es que esté en contra de actores conocidos ni nada al respecto, simplemente a veces entre más experiencia tiene un actor, suele tener más resistencia o más muletas o conoce tan bien el sistema de trabajo que a él le funciona, que es muy difícil sacarlo de ahí para que pruebe otras formas.

- ¿Qué opinas de la herramienta de Improvisar en el set, crees que ayude al actor?

 
La improvisación la veo como una herramienta que ocurre después de analizar, de platicar, de haber dotado como director al actor de herramientas para que pueda aportar desde el conocimiento, no desde a ver qué sucede, sino desde la posibilidad de haber entendido la situación, la trama; vuelvo desde su capacidad de cifrar a partir de haber entendido el guión.

En 72 cuando un personaje llega hubo mucha improvisación al momento de filmar esa secuencia, quede satisfecho con el resultado, pero atrás había muchos ejercicios que sostenían al actor para improvisar, en eso sí creo, en la improvisación basada en el trabajo no en la ocurrencia.

- ¿Qué opinas de que Somos lo que hay (tu Opera Prima) sea más reconocida en el extranjero que en nuestro país?


Fue un poco triste la respuesta de ciertas personas en nuestro país. Somos lo que hay es la primer película mexicana que deciden hacer un remake en otro país, me es inaudito que esta historia haya seducido en otro país, además de que fue seleccionada en diversos festivales entre ellos Cannes y tuvo muy buena recepción. Mucho tiene que ver el trabajo en equipo, para mí lo principal de todo lo que ha sucedido es que reconocen el trabajo de una producción. Desde mi punto de vista eso le falta a nuestra industria, apoyar más a las producciones como un trabajo colectivo, no solamente como el de una persona. En México necesitamos fortalecer la industria desde mirarnos como iguales, con un sentido de comunidad, por ejemplo en Cannes la experiencia fue increíble, conocí a cineastas que son leyendas en la industria mundial y al convivir de cerca te tratan de igual, con mucho respeto, cosa que a veces aquí no sucede.

Lo interesante de que se trabaje una propuesta tuya en el extranjero es que puedes examinar a la sociedad de por allá. No me interesa una historia de caníbales, es volver el tema simplista, para mi es la historia de una familia marginada, los outsiders en busca de un líder de su manada; ese es el tipo de historia que escribí, por eso puse un par de condiciones, los ayude con la reescritura del guion y me interesa conocer la marginalidad de esa sociedad por medio de esta nueva cinta.

- ¿Es fácil ser cineasta en nuestro país?  


No es dificilísimo. Es difícil porque existen pocas opciones de financiamiento, al existir pocos fondos y al ser muchos los interesados, las posibilidades de que tu proyecto sea el beneficiado son pocas. Al final no es tan complicado filmar, con las nuevas tecnologías juntas un poquito de dinero y te lanzas a levantar tu proyecto. Lo complicado viene después en la exhibición, hay muchas películas que se quedan enlatadas y sin espacios para ser exhibidas, ese es un gran problema.

 
- Por último, ¿por qué crees que es importante seguir haciendo cine en México?


En principio el cine es la crónica de nuestro tiempo. Es necesario, es una obligación y es importante porque el momento nos exige no ser frívolos, tenemos que ser útiles con nuestro trabajo, de lo contrario negamos lo que sucede alrededor y el cine ayuda a realizar esta reflexión de la realidad. En lo personal hacer cine es el cúmulo de miradas, la mía desde el guión, desde la dirección hasta ir sumando las visiones del fotógrafo, de los actores, de los diseñadores de producción, de todos los que trabajamos en ella.

Además, es un ejercicio de inteligencia, para que una película se vea en pantalla necesitó de mucha reflexión para llegar a ese punto, por eso para mí es muy importante conectarme con lo que me rodea, pues el sentido del artista desde mi perspectiva es su capacidad de alimentarse de su alrededor, de reflexionar sobre lo que sucede y México no puede permitirse no pensar, de ahí la importancia de seguir haciendo cine, de seguir buscando las formas en que conectamos con nuestra realidad.    
                    
30 de junio 2012, Ciudad de México




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