Actor y Creador de ficciones. Ciudad de México.
Iván Cortes es un actor mexicano formado en las aulas del
Centro Universitario de Teatro de la UNAM. Su trabajo en cine abarca las cintas
La Unión (Bernardo Arellano, 2008), Backyard El traspatio (Carlos Carrera,
2009) y El Mar Muerto (Ignacio Ortiz Cruz, 2010) así como una decena de cortometrajes
entre los que destacan 200 años de mexicanos en movimiento (Alejandro
Springall, 2010), Inframundo (Ana Mary Ramos, 2013) y Romo (León Rechy, 2014), entre otros. Nominado por
la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas al premio Ariel en la
Categoría de Mejor Actor en Coactuación Masculina por El Traspatio en 2010;
en 2012 fue distinguido con la beca Creadores Escénicos del Fondo Nacional
para la Cultura y las Artes de México gracias a su proyecto La estructura de lo
espontáneo, una investigación que él define como “una posibilidad escénica para
entender lo que significa la técnica de improvisación en el trabajo del
actor”.
- Te formaste como actor en el CUT (una de las escuelas con
mayor prestigio y tradición teatral en México) y terminas actuando en cine,
¿qué paso para que ocurriera esto?
Supongo es parte del proceso de crecer profesionalmente como
actor, a mí siempre me han gustado los retos, soy una persona hiperactiva; la
decisión de haber estudiado en el CUT fue
porque tenía la convicción de querer cambiar al mundo desde el teatro,
con la actuación –aún creo que se pueden cambiar las cosas por medio de las
artes en cualquiera de sus trincheras-; y durante el proceso de encontrar
trabajo para poder vivir de la actuación, empezaron a llegar los castings, los
llamados para la televisión, los cortometrajes y de alguna manera esto fue
llevándome hacía la oportunidad de filmar un largometraje. Nunca me he alejado
totalmente del teatro ni es mi intención hacerlo; no me importa si es protagonizando o haciendo
ensamble, me gusta actuar y me interesa aprender cada día más de mi profesión
ya sea en cine, teatro o televisión. La vida ocurre y a mí las ganas de
aprender cosas nuevas y el hambre me llevaron hasta aquí.
- Revisando tu trayectoria como actor, es interesante ver cómo
te has desarrollado en diversos medios desde lo
más comercial hasta lo más independiente, ¿fue intencional construir una
carrera de esta manera, te interesa navegar entre estos dos ejes?
No lo había pensado de esa manera. Me gustaría contestar que
fue intencional que lo tenía todo fríamente calculado pero no es así. He
tenido la oportunidad de estar en distintas producciones de teatro, cine y
televisión, desde las que tienen un gran presupuesto hasta las que uno hace por
amor al arte. A veces me da risa por que puedo decir que he pasado por muchos
papeles desde los que entran y dicen: aquí está la carta hasta llevar el peso
de un protagónico; he recorrido muchos matices de mi profesión y lo que me
dices sobre cómo estoy llevando mi carrera es consecuencia del mismo trabajo. Yo
no decido los proyectos por el tamaño de la producción ni por su presupuesto;
decido por el personaje que me proponen, por la manera en que me invitan a
colaborar en un proyecto, por si me hará crecer como persona, como profesional
o simplemente porque no tengo otra propuesta laboral. He sido muy afortunado de
que han aparecido proyectos muy
comerciales e inmediatamente me llega otro que es lo opuesto, pero eso es
suerte la verdad. Ahora si me preguntas, más que combinar lo comercial y lo
independiente o ligarme más profundamente a uno u otro, me encuentro en una etapa de crecimiento
profesional y trabajo muy fuerte para poder concretar un proyecto personal que
traigo entre manos, eso me resuena mucho, llegar a ser autónomo a nivel
profesional.
- Parte de esta búsqueda de libertad es tu proyecto La
estructura de lo espontáneo, ¿En qué consiste este proyecto?
Si, este proyecto es parte de este proceso que vengo
trabajando. Hace dos años decidí ponerme nuevamente a estudiar para expandir mi mente, mis ideas, mi
corazón; un actor es él y sus referentes; mis referencias de la vida, de mi profesión, de muchos temas en esos momentos eran muy pequeñas, entonces sentí que estaba en un
punto donde corría el riesgo de estancarme, me sentía muy limitado, además viví situaciones a nivel personal que me sacudieron profundamente. Así que el
proyecto surge en este momento con el espíritu de buscar ampliar la manera de
entender a los personajes, a la escena, de mí necesidad de crecer, de experimentar y madurar.
Obviamente tenía que partir de algo concreto, así que decidí aprender la
técnica de improvisación para que fuera el eje de todo este esfuerzo y para que
me sirviera de apoyo, de faro de luz en los momentos de oscuridad. Además tenía
la necesidad de compartir mi experiencia con otros compañeros y aprender de las perspectivas de los demás,
porque al final del día, ¿a quién le importa que yo sea mejor actor? (risas). Básicamente
de eso trata el proyecto, de intentar encontrar y reconocer los caminos, las estructuras que nos conducen a ser espontáneos en un espacio de ficción (llamese escena, secuencia, improvisación, intervención, etc) . Afortunadamente esta iniciativa fue compartida y bien
recibida por muchos colegas, además que conto con el apoyo del FONCA para poder
llevarla a cabo.
- ¿Y qué hallazgos encontraste con este proceso?
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Iván Cortes es un actor mexicano egresado del CUT de la UNAM. |
Fueron varios, principalmente me ayudo a profundizar y a
distinguir claramente esa capacidad que tenemos los actores para accionar a partir de estímulos provocados por la
imaginación y la conexión que guarda esta con la memoria emotiva cuando uno trabaja
para la ficción. Más bien es una capacidad que tenemos los seres humanos para
llenar emocionalmente los signos de acuerdo a las historias de vida y a las
circunstancias de cada uno, pero en el caso de los actores esa capacidad, esa cualidad que
desarrollamos para conectarnos y desconectarnos a voluntad, me parece es de lo
más fascinante que observe durante este proceso de investigación. Además de aprender sobre las
estructuras que nos ayudan a improvisar, a definir las estrategias para
construir una historia, distinguir entre la técnica de improvisación y el
instrumento de improvisar, sobre cómo ayuda siempre y cuando sea en pos de un
objetivo para la ficción. Aprendí mucho y me queda un enorme y largo camino por
desarrollar porque esto es solo el inicio.
- ¿En qué ayuda la improvisación a un actor?
Principalmente hay dos puntos que me parecen fundamentales:
la capacidad lúdica y de riesgo que trae consigo el improvisar y la exigencia
de estar en el presente, en el aquí y ahora para poder resolver y crear al
momento. Improvisar lo veo como un regalo de libertad que otorga la ficción a
un actor, pero como buen premio uno necesita trabajar, estudiar, prepararse
mucho para no tomarlo literalmente. Improvisar no es sinónimo de decir
disparates, ser gracioso impunemente o resolver de manera efectiva para salir de algún
accidente, Improvisar es tener la capacidad mental, la capacidad actoral para
generar un hecho ficticio y nutrirlo de forma espontánea con emociones,
acciones, movimientos que aporten al desarrollo de la historia de una manera consecuente a lo planteado en esa primer idea. Improvisar es
una estructura de la ficción no un vehículo para mostrar la habilidad de un
actor, éste lo puede utilizar para su lucimiento porque es una herramienta muy
generosa, pero para mí, el valor de aprender a improvisar no radica ahí, radica
en esa capacidad que logra en el actor para abrirse sin miedo a explorar su
inconsciente por medio del juego sin temor a sentirse juzgado; de ahí que sea tan utilizado para el entrenamiento de los actores en su formación.
- ¿Y cómo surge la idea de publicar un blog al respecto?
Por esta necesidad de compartir pero también de
transparentar los procesos. A veces en México ocurre que tenemos una
desconfianza muy arraigada en las instituciones, en el caso de la cultura los
pocos apoyos que existen hacen que sean muy competidos los recursos y a veces
cuando se designan los proyectos ganadores de alguna convocatoria, uno no sabe bien
que pasa con ellos, es difícil conocer sobre los temas que van ciertos
proyectos seleccionados ya no pensemos en indagar sobre su desarrollo. Yo soy un
luchador de transparentar la información, pero sobretodo de hacer buen uso de
los recursos públicos que se nos entregan para poder desarrollarlos. En mi caso, además, siempre tuve
claro que el beneficio de esta beca tendría que ir más allá de mí, es una
responsabilidad me parece histórica con el momento y la situación que vive el
país. Por eso decidí compartir la experiencia de aprender con otros compañeros
y al mismo tiempo tener el contacto con el público en general para que
conociera de cerca el proyecto y supiera de alguna manera diferente para qué sirven estos apoyos. De ahí
surge El Ojo de la Creacción, el blog que funciona como el aparato difusor de
contenidos para esta investigación y que para sorpresa mía se ha convertido en
una plataforma digital muy visitada para todo aquel interesado en la actuación
en cine, que además ha empezado a producir contenidos audiovisuales. Ha sido
una gran aventura aleccionadora en muchos sentidos.
- ¿Quiere decir que no esperabas esta reacción del público?
La verdad no, ni del público ni de todas las personalidades
involucradas en este espacio. Hace un año que inicié con más ganas y corazón que otra cosa, me
encontraba con muchas personas que no creían que lo fuera a conseguir, de hecho
ya teniendo apoyos, se seguía dudando sobre lo que estaba realizando, fue
desgastante en muchos momentos, fue una lucha constante en diversos flancos. Por
eso debo agradecer con toda mi humanidad a todos los que colaboraron de forma
invaluable en la construcción de este espacio; a mis compañeros del taller de
improvisación, a los encargados de los espacios donde se trabajo, a todos los
actores, directores, maestros que me ayudaron con sus palabras y su tiempo, a
mi familia, a mis amigos; en fin hay una lista muy larga de personas que
tendría que citar aquí para agradecer su ayuda. Y también al público que lee o
que cae en este espacio, agradecer su presencia durante este tiempo; me llena
de satisfacción saber que hay personas que visitan el espacio desde el
extranjero y que ayudan a que cada día se posicione más este blog. Este es un premio para todo este trabajo común. Soy consciente de que hay que trabajar
más, pulir cosas y perfeccionarlo pero estoy muy orgulloso de lo conseguido hasta este momento.
- ¿Entonces como actor, este proyecto cambio tu forma de ver
las cosas?
Definitivamente, marca un antes y después en mi vida no
solamente como actor sino como ser humano. Ahora veo la vida de una manera
distinta, más abierta, más divertida, generosa. Soy más perceptivo a ver los
procesos como movimientos, de ver que una de las mayores fortunas con que
contamos los seres humanos es nuestra capacidad de adaptarnos y movernos en el
universo, de equivocarnos, de contradecirnos y aún en esos momentos encontrar
una lógica que sostiene y explica esas acciones y movimientos. Me siento
preparado para actuar más honestamente, sin máscaras, sin tantos prejuicios,
más cerca de lo que me hace feliz: actuar sin pretensiones para estar en
contacto con el universo, suena muy metafísico lo sé, pero esta búsqueda me
llevo a encontrar esta conclusión en este momento de mi vida. El futuro no me
preocupa, tal vez me inquieta pero mañana será otro día y tendré otra
oportunidad para seguir caminando, para seguir construyendo el camino que
quiero; aprendí a hacer cosas con tan poco que lo demás ya no me importa. Improvisar me enseño eso, a ser libre, lo demás es cuestión de estar atentos y nada más.
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Iván Cortes (Cutberto) y Asur Zágada (Juanita). Fotograma Backyard, El traspatio, Carlos Carrera 2009.: |